Reflexiones de un esternón

Este era un hueso hundido hacia dentro. Su propia forma le hace mirar hacia abajo y sólo piensa en por qué es así y si podría cambiar algún día. Muchos días se despierta apretujado entre las costillas, sin poder evitar tender a la rigidez. A veces incluso molesta a los pulmones, al corazón, al diafragma, al estómago, al hígado, a los cartílagos con los que se relaciona todos los días… sin pretenderlo. Suele sentirse culpable por no funcionar bien, cuando muchas veces simple-mente fijó su forma y sus actitudes cuando no era ni hueso, durante sus primeros años de existencia. Cree mejorar con el tiempo, pero a veces se percibe bipolar: o totalmente feliz, porque le ha pasado algo bueno o le ha llegado algún ímput positivo o totalmente desesperade porque en realidad, ve que nada ha cambiado y que sigue siendo el mismo hueso deformado, con las mismas costumbres; esa estructura que un día fue cartílago, blandito y moldeable, pero que fue creciendo entre elementos rígidos y opresivos que le condujeron a provocar una permanente dificultad respiratoria.
«Cuanto más viejito soy, menos inseguro me siento» se dice a sí mismo, cada cierto tiempo, como para convencerse de que merece la pena seguir viviendo y no cortarse las arterias que le irrigan. Eso sí que sería un problema, y en cualquier caso, nunca habría tenido el valor de hacerlo, por mucho que se lo plantee. ¿Este esternón es un optimista negativo o un pesimista positivo? Porque siempre cree haber sido optimista, pero revisa su pasado y siempre se situaba en la peor situación para que todo lo resultante fuese positivo.
El esternón llegó a ser viejo, y falleció de viejo, y aunque vio que gran parte de su vida había sufrido, observó con orgullo su trayectoria y pensó: «al menos he sobrevivido». Muchas veces se consideró un perro apaleado, que aunque lo adopte gente cariñosa después, siempre que levanta alguien una mano, esconde el rabo entre las piernas. La vida hay que vivirla, pero a este esternón le bastó con sobrevivirla, teniendo en cuenta las circunstancias.



Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar